Hasta ahora, no son pocos los que han recorrido este tramo, en especial turistas. Sin embargo, para nosotros los ancashinos, quienes llegamos por primera vez a este sobrecogedor paisaje natural, es impresionante disfrutar de tan noble belleza. Ella tampoco había paladeado esta ruta, pero algo presentía. Por eso, cuando nos detuvimos en la Punta Olímpica, a 4736 msnm echó una mirada lánguida alrededor de todo el nevado y al par de lagunas que dejamos atrás luego de darnos un gran baño de aire puramente fresco. Se frotó las manos para combatir el frío. Tomamos un par de fotografías y empezamos a narrar la emoción de haber realizado uno de los ascensos más alucinantes del planeta.
La pista asfaltada viborea entre una geografía quimérica, que cambia con cada curva: a partir de Chacas la ciudad notable de las esculturas, desaparecen los eucaliptos, asoman los árboles de pino y por uno y otro encuentro entre dos cerros se atisban pequeñas puntas de nieve que anuncian lo mejor que está por venir. Ella parece hipnotizada por un océano de montañas que cada vez van librando traviesas nubes que al ascender dejan apreciar seductores panoramas de la hermosa cordillera blanca. Los turistas ya tienen su camino propio y su casa de campamento. Y nosotros, no paramos de decir “wow” a cada rato.
Mientras nos vamos acercando al pie del nevado, se empieza a sentir el frío enternecedor que se avecina. Pronto iniciaremos la subida. Y a la mitad de ésta la primera laguna azul. Limpia y pura como ninguna, escondida tras de uno de los cerros cercanos, que apenas por una pequeña abertura va soltando un poco de agua que irá a parar en la quebrada hacia Chacas. De pronto, dos vacas se cruzan por la vía, caminan libremente, sin temor. En las noches se acuestan en plena pista, dice porque el ardor de los neumáticos deja caliente el espacio. La carretera sigue ascendiendo y se presenta la segunda laguna, al costado mismo del recorrido. Muestra su gran tranquilidad y su grandeza. Rodeado por pequeñas cataratas, escarchas y un lugar húmedo y placentero. Falta poco para llegar al túnel y de pronto lanza un respiro profundo. Estamos en la Punta Olímpica. El anuncio es: Túnel Punta Olímpica. Longitud: 1,383 m. Altitud: 4,736 msnm. Altura Máx. Vehículo: 4,30 m.
Recorrer ese tramo causa cierto temor. Las escarchas puntiagudas en la parte superior hacen suponer que en cualquier momento uno de los parabrisas se verá afectado. Pero nada de eso sucede. A la salida, el hielo dulce y llamativo obliga la parada. Fotografías para el recuerdo. Sin embargo, llama la atención la barbarie de la gente que guiados por ese síndrome absurdo a la que llaman ‘política’, manchan los paisajes con pinturas, carteles, afiches y fotografías de candidatos al sillón regional. ¿No se supone que se trata de cuidar el Parque Nacional del Huascarán? Y así nos quieren gobernar.
El descenso no tiene nada que envidiar al resto. A lo lejos un hermoso valle que alberga gran cantidad de animales. Y una súper montaña detrás del nevado Huascarán. Lo esconde celosamente.
Ya en la llanura el frío se esfuma. Nos despojamos de la ropa de abrigo. Y a disfrutar del cielo azul, los eucaliptos, el río, las montañas y los animales. Simplemente espectacular. La casa de control obliga a registrar nuestro nombre. Todo está plenamente cuidado. El Parque Nacional del Huascarán es Tuyo, no arrojar basura de tu vehículo, traduce uno de los avisos. El distrito de Shilla y la espeluznante vista al Huascarán nos dice que ya estamos descendiendo a Carhuaz. El paisaje sigue siendo impresionante, pero eso sí es archiconocido. Su pelo estaba revuelto y parecía más delgada que antes, como si la altura la estuviera deshaciendo, pero al mismo tiempo se la veía más hermosa: la ruta había hecho su trabajo.
Otra es la historia en invierno. Cuando está
nevando. No importa nada. No existe el frío. Más fotografías para el recuerdo.
Si duermes tienes que despertar obligatoriamente. Neblina, nieve y escarcha.
Todo en su conjunto, es sinceramente bello y bella como ella, aunque esta vez
no pudo estar presente.
Tras mucho tiempo de distancia. Reaparecemos con una pequeña historia de lo que ahora vivimos. Por las rutas del Callejón de los Conchucos y Callejón de Huaylas. Sihuas, Pomabamba, Mariscal Luzuriaga, Carlos Fermín Fitzcarrald, Asunción, Yungay, Carhuaz y Huaraz. Cada uno con sus pueblos. Cada pueblo con su propia historia y su propio atractivo. Para llegar a muchos de ellos hay que sobreponernos a un montón de dificultades. Aparte de las naturales, con la movilidad y los instrumentos de viaje. Gestiones, reuniones y capacitaciones. Producciones y crecimiento. Por las rutas no salvajes de nuestro querido Áncash.
Provinciano Insoportable, otra vez…!!! De vuelta…!!!
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